Todos estamos expuestos de manera cotidiana e intensiva a la luz azul emitida por las pantallas que nos rodean.

La luz azul puede ser proyectada por dos tipos de fuentes: naturales y artificiales. Cuando proviene de fuentes naturales como el reflejo del sol en el agua o la nieve, la luz azul no representa ningún peligro más que de un deslumbramiento momentáneo. Sin embargo, cuando proviene de una fuente artificial llega a ser perjudicial para partes de la estructura ocular como la cristalina y la retina. Hoy en día casi todas las pantallas de los computadores, televisores, tablets, smarthphones, etc., funcionan gracias a los LED, que emiten picos de luz HEV (energía visible alta). A esto le llamamos luz azul. Esta no es visible para el ojo normal, sin embargo, sus efectos se pueden sentir de inmediato:

  • Fatiga/ Problemas de concentración
  • Sequia ocular
  • Deslumbramiento
  • Dolor de cabeza y migrañas
  • Lagrimeo
  • Visión borrosa

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A largo plazo, los efectos más severos pueden comenzar con problemas para conciliar el sueño. Los rayos azules emitidos por las pantallas digitales bloquean la melatonina, la hormona del sueño. Esta hormona es esencial para conciliar un sueño reparador y regenerador para el cuerpo. Otros efectos que pueden seguirle son: irritabilidad y problemas de cambios de humor.

Dicha luz azul puede desencadenar también en enfermedades como la DMAE (degeneración macular asociada con la edad) y el desarrollo de cataratas. Igualmente les oftalmólogos aconsejan utilizar gafas al momento de usar dispositivos electrónicos con el fin de limitar los riesgos ligados a los picos de luz HEV.

Es por esta necesidad que las gafas sin corrección y prescripción Blueberry han sido desarrolladas. Para ti, que al igual que nosotros, pasas seguido más de 6 horas al día frente una pantalla digital.

Somos una generación conectada, ¡sí!, pero siempre protegida.

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